Prestemos atención a nuestras respuestas emocionales durante estos días y algunas recomendaciones para manejarlas.

Prestemos atención a nuestras respuestas emocionales durante estos días y algunas recomendaciones para manejarlas.

Puerto Rico entra en la cuarta semana de cuarentena debido al COVID-19 y ante este escenario, experimentamos nuevas realidades día a día, incluyendo la forma que respondemos emocionalmente al nuevo panorama. Conversamos de manera virtual con Liza I. Millán-Pérez, psicóloga clínica sobre que podemos experimentar en esta cuarta semana, cómo identificar cuándo consultar a un profesional y prácticas para promover el autocuidado. Esperamos que al escuchar de la voz  de una experta, les proveamos con un poco de luz, tranquilidad y dirección para afrontar esta situación.

¿Qué respuestas  a nivel emocional podemos experimentar durante el estado de pandemia global y nuestra nueva realidad en cuarentena? 

Durante este tipo de emergencias, se pueden observar múltiples reacciones emocionales que pueden variar dependiendo de los individuos, y que se manifiesten a través de varios niveles (no solamente psicológico), como puede ser a nivel conductual, a nivel físico, cognitivo e incluso, social. Para entender las posibles reacciones, es importante entender qué es el distanciamiento social, el aislamiento físico y la cuarentena. 

De acuerdo con el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), estas NPI se definen como;

Distanciamiento social se refiere a una serie de tácticas efectivas destinadas a evitar que las personas se reúnen en grandes multitudes para retrasar la propagación de un virus. Una de esas tácticas es la de limitar el acercamiento físico entre personas de 3 a 6 pies.

El aislamiento físico es una estrategia que se utiliza para separar a las personas que se han enfermado por una enfermedad contagiosa (en este caso, coronavirus) de aquellas que están saludables. El aislamiento restringe el movimiento de las personas que están enfermas para evitar la propagación de ciertas enfermedades. Estas personas pueden recibir cuidados tanto en el hogar, como en hospitales o instalaciones de atención médica designadas.

De otra parte, la cuarentena se utiliza para separar y restringir el movimiento de personas que pueden haber sido expuestas a una enfermedad contagiosa, pero que no tienen síntomas, para ver si se enferman. Estas personas pueden o no ser contagiosas.

En resumen, son algunas de las medidas conocidas como Intervenciones No Farmacológicas (NPI, por sus siglas en inglés), que se implementan durante epidemias o pandemias, con el fin de reducir el riesgo a contagio en la población. 

¿Cambian las emociones de cara a la cuarta semana de la cuarentena? ¿Es normal que se intensifique nuestra respuesta emocional?

Sí, las emociones van cambiando y se sabe que a medida que aumenta la implementación de las intervenciones no farmacológicas, también aumentan nuestras reacciones emocionales, incluyendo aquellas que son adversas.

Visualizar las reacciones emocionales según las fases de la pandemia, puede ayudar a comprender lo que se experimenta. En este tipo de emergencias, que son emergentes y paulatinas, se generan reacciones emocionales un poco distintas a las que se observan en otro tipo de emergencias, como pueden ser los terremotos o los huracanes.

Por ejemplo, al principio de una pandemia, se observa mucha incredulidad o incluso, negación; no se comprende la amenaza. A medida que esta va progresando y se percibe el riesgo, surgen reacciones más complejas, como puede ser el miedo a infección, la incertidumbre por lo desconocido y muchas veces, hasta sentimientos de culpa (por no haberse preparado mejor o por haber sobrevivido). Más adelante, se comienza a observar una aceptación por la nueva realidad, que se manifiesta en la creación de nuevos hábitos en las personas.

Algunos estresores que generan las epidemias/ pandemias, y que se pudieran utilizar como predictores del impacto psicológico, se mencionan a continuación:

 Antes:

  • Características socio- demográficas (edad, nivel de educación, género)

  • Historial psicológico o psiquiátrico previo

  • Ser trabajador de la salud y/o manejador de emergencias

Durante:

  • Duración de la Cuarentena o del Aislamiento

  • Miedo a infectarse

  • Frustración

  • Falta de suplidos médicos o equipos de protección

  • Información falsa o inadecuada

Después:

  • Problemas asociados a la pérdida financiera

  • Angustia socio- económica (se correlaciona con desórdenes mentales)

  • Estigma y discrimen de las poblaciones afectadas

¿Qué podemos hacer para promover autocuidado y apoyar familiares/amistades/pareja?

Es muy importante buscar estrategias que nos permitan fortalecer nuestro sistema inmune. 

Quizás, un primer paso es aceptar nuestra vulnerabilidad ante esta emergencia y que solamente podemos controlar lo que hacemos para protegernos. Se deben practicar todas las medidas de salud y seguridad que sean posibles, ya que no solamente ayudan a protegernos, sino que también nos pueden generar más tranquilidad ya que nos estamos ocupando, no solamente preocupando.

Se recomienda el establecer como prioridad una rutina de sueño saludable. Esto se asocia a la buena higiene mental y a mayor claridad. Muy importante también es comer saludablemente, establecer rutinas para hacer ejercicios, leer un buen libro y mantener siempre una buena higiene, tanto física como en el hogar.

Además, se recomienda crear o mantener redes de apoyo con nuestros familiares, amigos, vecinos, particularmente con quienes se puedan encontrar más vulnerables. Comparte con ellos cómo te sientes y no dudes en pedir ayuda si la necesitas; ayuda a promover y a practicar la comunicación asertiva.

Otras maneras de cuidarnos es evitando ver constantemente las noticias (se debe mantener un horario específico para hacerlo), prestar atención a las recomendaciones de los expertos clínicos y no olvidarnos que son muchas las personas que presentan síntomas leves o que son dadas de alta luego de padecer la enfermedad.

¿Cuándo o cómo identificar que necesitamos consultar con un psicólogo/a, psicoterapeuta u otros recursos para apoyo?

El auto- evaluar nuestros sentimientos frecuentemente nos puede ayudar a identificar cuándo es necesario consultar con profesionales de la conducta. Las emergencias de salud pública causadas por epidemias y pandemias se caracterizan por las siguientes reacciones emocionales:

  • Negación

  • Ansiedad, Preocupación Constante y Miedo

  • Frustración e Incertidumbre

  • Soledad

  • Coraje

  • Aburrimiento

  • Inseguridad o Ambivalencia

  • Apatía

  • Necesidad de utilizar Alcohol o Drogas

  • Síntomas de Depresión

  • Síntomas de Estrés Post- Traumático (PTSD)

  • Culpa

  • Duelo

Ante este panorama, y teniendo presentes estas posibles reacciones, se recomienda consultar con profesionales de la conducta si:

  • Te sientes emocionalmente abrumado o cansado, si presentas malestar emocional y físico significativo.

  • Si tus pensamientos se llenan de ideas desesperanzadoras, fatalistas o negativas.

  • Si no logras conseguir la calma, si presentas dificultad para dormir o permanecer dormido.

  • Si observas aumento en el consumo de alcohol, abuso o recaídas en el consumo de drogas/ medicamentos controlados.

¿Hacemos ajustes para nuestro tratamiento con profesionales? ¿Veo a mi terapeuta física o virtualmente?

Es importante ser conscientes de que nos encontramos experimentando una emergencia de salud pública a nivel mundial, con un virus novel o emergente, y que por lo tanto, es importante seguir las medidas de salud y seguridad que se han implementado.

Actualmente se fomenta el uso de la tele-medicina, y son muchos los profesionales de la conducta que están activamente ofreciendo este tipo de servicios. Debemos recordar que esta emergencia no durará para siempre, sin embargo, mientras dure, es vital tratar de ser flexibles y adaptarnos a los cambios temporeros. Les exhorto a que mantengan un diálogo honesto con su proveedor de servicios y que exploren juntos las alternativas de tratamiento disponibles, recordando que la prioridad es protegernos todos mutuamente. No permitan que el COVID-19 los distraiga de la importancia de cuidar siempre nuestra salud mental y emocional.

Si desea comunicarse con algún profesional, puede llamar a los siguientes números telefónicos:

INSPIRA: 787-644-0559 / 787-448-5651

Línea PAS de ASSMCA: 1-800-981-0023

Fundación Prevención del Suicidio: 787-749-8270

Línea para Personas Sordas (ASSMCA): 1-888-672-7622

Centro de Ayuda a Víctimas de Violación (CAVV): 787-765-2285

Línea de Emergencias para Veteranos: 1-866-712-4822 / 787-622-4822

Línea de Orientación y Apoyo Familiar: 787-977-8022 / 1-888-359-7777

First Hospital Panamericano: 939-579-1125 / 1-800-981-1218 (Línea de Crisis)

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