A 2 palillos: ‘real streetfood’ Bangkok

A 2 palillos: ‘real streetfood’ Bangkok

“Bangkok es el Nueva York de Asia”, así nos dijo un suizo en Charlie’s Bar, una barra muy pintoresca de locales a donde llegan viajeros de todo el mundo. Una metrópolis con los avances y medios de transportación que la hacen correr como una súper ciudad, sin dejar atrás las tradiciones ancestrales a la hora de comer.

En Bangkok se encuentra la calle Khaosan Road, conocida como el centro del universo mochilero. Es un jangueo intenso todos los días, a donde llegan personas de todo el mundo buscando tener las mejores experiencias, comerse el mejor Pad thai, visitar los templos, ir pa la playa, en fin, un punto de partida para conocer el país y donde puedes conocer gente en las mismas que tu.  

Pero hablemos de comida. Esto sí es ‘street food’. Olvídate de los food trucks. Acá, en la acera sucede todo; y en la calle también. Cocinan, montan el restaurante, friegan, y así, en ‘repeat’. Todas las tardes tipo 6:00 p.m. traen todo el cargamento y se preparar para atender al público hasta tarde en la noche. Y ya en la mañana, como si nada hubiese pasado. El Pad thai es uno de los platos estrellas de la tradicional cocina Tailandesa y además encuentras pinchos de todo tipo, alitas picante, insectos, jugos frescos y más.  

Como en muchas ciudades, la gente de China, montan su espacio y se apoderan de el. Visitamos Chinatown, una enorme avenida bien identificada y con restaurantes en la acera repletos de gente.  

¡Acá nuestra experiencia culinaria en Bangkok!

Pad thai y jugo de guayaba- Nuestro primer día en la ciudad queríamos comer rico, reponer nuestros estómagos y deleitarnos con sus sabores. Encontramos AMA Café, un establecimiento muy cerca del templo del Buddha recostado. Delicioso y crujiente pad thai acompañado de refrescantes jugo de guayaba blanca. ¡Delicious!

Tom Yam y Som Tam - El domingo nos fuimos al weekend market, un mercado enorme con todo para todos. Desayunamos una sopa agria de camarones y una picosa ensalada de papaya con ají picante, tomates y maní. Muuuy picante.

Pad thai envuelto- Sabíamos de este lugar y sabíamos que llegaríamos: Thip Samai. Aquí el pad thai tiene una variación, y es que está envuelto en huevo. Muy famoso y concurrido, disfrutamos de este variación de pad thai, a orilla de la calle con cerveza en mano.

Coconut Ice cream with sticky rice- Delicioso mantecado de coco servido con sticky rice, maní y unas suculentas bolitas coco. Servido en un coco con tela... ¡mmm! 

Y claro, la degustación de cervezas continuó, y aquí algunas de las cervezas locales que pudimos probar:  

Bonus: Fancy Bangkok

No puedo terminar esta serie de experiencias al otro lado del mundo, sin contarles la noche Fancy en Bangkok. Buscando tener todas las experiencias posibles, decidimos subir a un 'rooftop' para ver la ciudad de noche y tomarnos algo para refrescarnos. El rooftop: Sky Bar. Salimos con lo más bonito que teníamos de ropa, dispuestos a divertirnos. 

Llegamos a  Skybar, una barra con mirada a la ciudad desde un piso 64. Hasta ahí vamos bien. Llegamos y rápidos nos cayeron los meseros para ofrecernos algo de tomar. Comenzamos a ver el menú, y digo 'ay, pues quiero una copita de cava... claro, ¿porqué no?'. Luis se pidió un traguito con ginger y vodka, y yo: "ok, esta... quiero una copita de esta', ¡Super! En menos de dos minutos, ya estaban con botella y copa en mano y me dieron a probar, 'Oh, sí, perfecto, esta está bien'. Aún esperando el trago de Luis y mirando al infinito de la ciudad:

Le digo: Bueno, ¡salud!

El: ¿cavita?

Yo:  'sí, esta cuesta como 30,000 baht', no está mal. 

El:  "¿30,000 baht Daliana? 

Yo: (con cara de asustá): Sí. ¿Qué? ¿cuanto es eso? 

El: ¿En serio 30,000 baht?

Yo: (cagá) Sí, ¿cuanto es? ¿mucho?

El: ¡Daliana! esos son $100 dólares americanos. Piensa, si 30 baht es $1... haz la matemática. 

Yo: ¿Queeeeeeeeeeeee? Pasme total. 

Nada, que por un momento se me dañó la noche. La salidita 'Fancy Bangkok' me salió biiiiiiiien fancy y una copa de champagne me salió en  $100... UNA copa. No era cava, como verán. Pero la verdad es  'que se chave', no sé cuando vuelva a estar en un rooftop en Bangkok, (bueno quizás sí, pero ya sé que no iré a este) así que me bebí muy feliz mi copa de champagne y me dije a mí misma: me la merezco.

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