Caribe Extranjero: Melisa Soto desde Países Bajos

Caribe Extranjero: Melisa Soto desde Países Bajos

Dispersa por el mundo, así es nuestra diáspora. Unos van tras el amor, otros tras el desarrollo profesional, otros se ven forzados a salir y otros, la vida se encarga de llevarlos a establecerse en otros países. Ser boricua va más allá de sus costas.

Esta serie es un homenaje a lxs boricuas y caribeñxs en otros países. Conoceremos a través de conversaciones cómo se vive puertorriqueño desde la lejanía. 

Comenzamos este recorrido por Países Bajos, mejor conocido como Holanda. Un país europeo conocido por sus principales ciudades: Amsterdam y Rotterdam. Aquí viven puertorriqueños con vidas interesantísimas. 

Melisa Soto es Mela. Es amiga de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras y nos conocimos para eso del 2001. Una mujer fuerte, siempre interesada en temas políticos y sociales. Lleva 13 años en Países Bajos, desde que decidió ir a estudiar una maestría en antropología médica. El amor la encontró, formó una familia y en el presente se encuentra finalizando su doctorado. Conectamos a través de zoom y tras una conversación amena, cháchara y risas, nos pusimos al día y conocimos un poco más sobre su vida como caribeña desde otra latitud.

Mela, Pepo y Felipe.

Mela, Pepo y Felipe.

Mela, ¿por qué Países Bajos? 

Llegué aquí para hacer un master en antropología médica. Durante mis años universitarios en Río Piedras, un profesor me dijo: “Si quieres estudiar antropología médica o género, debes chequear Amsterdam”. 

En el proceso vi que no era difícil solicitar. Apliqué y en un periodo de tres meses, ya estaba viviendo acá. Estudié en la Universidad de Amsterdam. Actualmente estoy terminando mi doctorado en Radboud University, enfocado en Relaciones Internacionales y derechos trans. Cómo se organiza la política de los derechos trans aquí en Holanda comparando con otros países. En el presente somos unos pocos académicos puertorriqueños regados en distintas universidades y otros tantos puertorriqueños vienen a hacer bachilleratos, maestrías y doctorados y luego regresan. 

¿Cómo mantienes tu caribeñidad? 

A través de la comida. Vivo en un lugar donde consigo lo que necesito, así que vivo aquí por la comida. Antes vivía en otro lugar donde se me hacía más difícil conseguir los productos y eso me dañó; mi salud mental se agravó muchísimo. Cuando es invierno y estoy down, siempre hago sancocho. También preparo bacalao, cocino mucho arroz con habichuelas y a Felipe le gusta mucho eso. Tostones, amarillos… mmm.  

Consigo quenepas, guineos verdes, jobos, panapén, recao, grosellas… Todos estos productos vienen de Surinam. Ellos fueron colonia Holandesa. Y gracias a ellos, muchas comunidades latinas pueden coexistir aquí y tener alguito del Caribe. Consigues toda la línea de productos Goya, gandules en lata, etc. 

Felipe cool con sus quenepas.

Felipe cool con sus quenepas.

La comida es como el punto notorio de queja de los inmigrantes. Es un tema casi universal, cuando te sientas a hablar con uno de ellos; el sufrimiento por la comida. Sucede que el recetario de comida holandesa es bien pequeño. No es mucha la diversidad; los holandeses son bien pragmáticos y se nota en la comida. La comida no debe intervenir con el valor principal que es la producción.  

“Todo en una olla” - eso es bien holandés. 

Plato tradicional holandés: Stamppot.

Plato tradicional holandés: Stamppot.

El plato tradicional es Stamppot, es literalmente un majado de papas, zanahorias, cebolla, todo en una olla, lo hierven, le sacan el agua, lo majan, le echas un poco de mantequilla y ¡fuímonos! No es lindo, no es festivo, pero a mi me encanta. Es un plato exquisito. Un plato tradicional sobrevive porque trasciende de generación en generación, porque tiene algo exquisito. En Holanda todo debe ser bien eficiente y se nota con la comida. Las papas son bien importantes en la dieta holandesa. 

Vincent Van Gogh, Los comedores de patatas, óleo sobre tela, 1885 y Francisco Oller, El Velorio, ca. 1893, óleo sobre tela.

¿Y cómo ha sido el proceso de adaptación de una boricua en un país completamente diferente? 

Ha sido bien retante, un gran desafío. En general puedo decir que la sociedad holandesa con los latinos son muy abiertos; positivos. La imagen que se percibe y se discute de los latinos es relativamente positiva; es una imagen alegre. Me he beneficiado de eso. Lo puedo notar cuando me comparo con el proceso de migración de otras personas que pertenecen a otras culturas. En la academia ha sido un desafío enorme. El reto más grande ha sido que no tengo un role model donde pueda verme reflejada. 

Felipe y dos niñas boricua-holandesas en la conmemoración de la abolición de la esclavitud.

Felipe y dos niñas boricua-holandesas en la conmemoración de la abolición de la esclavitud.

No hay una comunidad latina organizada aquí en Holanda. La hay a nivel cultural. Por ejemplo, hay unos parties latinos, pero muchos de los consumidores de esos eventos son los mismos holandeses. 

Y ya que mencionas la academia, ¿cómo ha sido tu experiencia como mujer latina en ese espacio? 

 Llevar el label de latina, no tiene influencia negativa. Caes en una categoría de ser “extranjera”. 

Yo entré al país por la academia, y me puso en una esfera distinta a la experiencia de otros inmigrantes. Sí conozco otras latinas que se la han visto difícil. El ser mujer y ser latina, jamás las personas piensan que yo puedo tener un trabajo en la academia. La gente espera que yo no sepa, que yo no tenga conocimiento. He conocido holandeses en eventos que cuando les digo en qué trabajo se les pone la cara roja. Porque es una sorpresa; no es “la norma”. 

Me pasa mucho que estoy en espacios académicos y digo que hice mi bachillerato en Puerto Rico, y que todo, o la gran parte de lo que sé, mi base y mi conocimiento más sustancial que me caracteriza y hace que yo brille, viene de la Universidad de Puerto Rico; viene de la iupi, la gente me dice “oh wao, no me lo esperaba”.

Y aunque no nos ven como peligrosos a los latinos, o como problemáticos, nos ven como inferiores; en desarrollo. La manera en que visualizan a latinoamérica es un lugar que necesita ayuda. Me pasa mucho que tengo que bregar con el mansplaining pero también está el dutchplaining. Me explican cosas como si yo hubiese llegado hace dos días. Me preguntan mucho, ¿hasta cuándo vas a estar aquí? 

¿Cómo ha sido el tema de aprender otro idioma? 

Sufrí mucho, no fue nada gracioso ni divertido. Fue un proceso bien tedioso, porque me lo tuve que aprender para poder trabajar y no por gusto o curiosidad. Lo tuve que aprender como una nena chiquita. “Es ahora, porque sino, no vas a tener futuro aquí”, me decía. 

Una de las cosas más difíciles, es que ellos tienen las vocales largas y cortas, y eso cambia el significado a la palabra enormemente. Eso es para mí como mi talón de Aquiles. Es bien difícil y se me hace difícil aún escucharlo. Los boricuas que estamos acá yo los miro y digo “Estamos locos. Si estamos aquí, le metemos a lo que sea… ahhhh con to’ y chancletas”. 

¿Cómo se ve Puerto Rico desde allá? 

Casi nadie sabe de Puerto Rico. Casi nadie sabe dónde es Puerto Rico. Pero, las noticias del huracán María y #RickyRenuncia, sí llegaron a las noticias. ¡Y eran los headlines! Prendía el televisor y salía la reportera “En Puerto Rico…” Desde ese entonces, he notado que la gente tiene un poquito más de referencia de Puerto Rico. Y claro hay unos nichos. El que escucha reggaetón va a saber de Puerto Rico, pero no todo el mundo escucha reggaetón. Sí lo van a poner en el gimnasio y en los supermercados, pero no todo el mundo tiene referencia de eso. 

Los nichos de salsa también saben algo de Puerto Rico. La mirada que se tiene de la isla es del huracán María y de cómo Trump humillaba a Puerto Rico; esa es la visión que se tiene; que Puerto Rico es colonia, que a no todos los puertorriqueños les gusta, que hubo un huracán y que es un país tropical. 

¿Cómo se mantienen conectados los boricuas en Holanda? 

Tenemos un grupo en facebook y otro en Whatsapp que desde la pandemia, está más activo que nunca. Es un espacio que sirve para descargar muchas frustraciones, para orientarnos de muchas cosas, saber dónde conseguir tal producto y mucho gufeo… mucho relajo. Nos vemos al menos 1 o 2 veces al año… y ya tu sabes, ¡tostones volando! 

¿Cuál es una de sus tradiciones que es diferente para ti? ¿Cuál ha sido un choque cultural?

Uno de los eventos más radicalmente diferente es el cumpleaños. Es algo tan significativo para nosotros los latinos, que yo los primeros años estaba en shock. Para nosotros es una celebración alegre, con comida, música y risas. Tú sabes, como somos nosotros, bien too much. Acá no. Acá es otra cosa. 

Cuando llegas a un cumpleaños lo primero que pasa es que tienes que darle la mano y tres besos a cada persona que está en el cumpleaños y decirle “Felicidades por el cumpleaños de …” y el parentesco de la persona que se saluda con el cumpleañero. Es un protocolo bien extraño. Lo próximo que pasa es que te preguntan si quieres café o té. Decides que deseas tomar y te lo sirven con un pedazo de bizcocho, a la entrada. What!  

Cuando le hago cumpleaños a Felipe, mi hijo, siempre es un asunto con Pepo, porque ¿qué vamos hacer con el bizcocho? (ríe a carcajadas) ¡Yo le tengo un sancocho antes del bizcocho! Pero ya tengo la solución para los cumpleaños: hago un flan para darle en la entrada, algo dulce, luego sancocho, pues es en invierno, y para finalizar ¡bizcocho! 

Otro aspecto que no es una tradición pero sí lo tienen bien arraigado en su estilo de vida, es el manejo del tiempo. Como te dije, ellos son muy pragmáticos. El manejo del tiempo y la agenda, es algo bien central en las relaciones e interacciones holandesas. Si tu no tienes buen manejo del tiempo o de la agenda, literalmente no vas a tener amigos. No solo en lo profesional, también en las relaciones personales. Eso de fluir, no es de holandés… y ya tu sabes cómo somos los puertorriqueños. He perdido amigos por esto y es algo que he aprendido con el pasar del tiempo.

Desde tus estudios, ¿cómo se trabajan los derechos de la comunidad LGBTTTIQ en Holanda vs. en la isla? 

Hay una diferencia marcada. Holanda es uno de los primeros países en crear protocolos de cuidado trans y clínicas trans. Se empezaron a involucrar en esto desde los 60’s, 70’s y 80’s, y a finales de los 70’ se creó una ley de cuidado trans. Eso implica que, cuando observas, el debate del tema trans, están más adelantados. Si lo comparas con Puerto Rico, el debate es a favor o en contra de reconocer los derechos de la comunidad trans. Acá, el debate se divide entre dos sectores que están a favor de los derechos trans, pero lo que se pide es una mejoría de esos cuidados: esto no es suficientemente bueno. ¿cómo lo hacemos más amplio? ¿cómo lo hacemos más accesible? ¿cómo lo hacemos menos medicalizado? 

Felipe en bicicleta.

Felipe en bicicleta.

¿Qué te gusta o aprecias de la cultura neerlandesa?

Muchas cosas. Una de las cosas que más aprecio en estos momentos de esta cultura es la disciplina y organización para el tiempo libre. Acá la gente tiene muchas vacaciones y las vacaciones se usan. Todo el mundo se organiza. Son bien organizados con esa división entre la vida privada, el trabajo y el descanso. Quizás tenga algo que ver con el calvinismo. Es algo bien arraigado y lo aprecio mucho.

También me gusta cómo conversan los holandeses, de una forma bien organizada. Cuando sacan tiempo para hablar, lo hacen de manera consciente y es factual, es un momento importante. También aprecio mucho cómo cambian ante temas sociales; cómo se adaptan los cambios. 

Me gusta que es un país pequeño, pero con una gran diversidad. El estado invierte mucho en investigaciones de cosas que afectan a la sociedad neerlandés. Se hace mucha investigación en temas de salud mental que terminan con un impacto en políticas públicas. Es un país bien innovador y dispuesto al cambio. 

Serie especial por: Daliana Alvarado y Rubí Ramírez

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