Llegué hasta Vega Baja para conversar con la poeta Victoria Gómez Joy aka “La Babi”. A calles del Balneario de Puerto Nuevo y bajo un candente sol de mediodía me recibe en su casa esta mujer de 33 años junto a sus dos hijas, Isabela y Catalina. Aún con brillo en su piel, me cuentan cómo estuvo el concierto de Karol G la noche antes. Fueron las tres porque para Victoria, darle a sus hijas experiencias de vida que empoderen es algo que tiene muy claro. “Criar me apasiona mucho. Ese es mi orgullo más grande, mi título más grande. Es el proyecto más lindo y recíproco.”

Su sala, es un homenaje a la historia del movimiento negro y en las paredes, personalidades como Malcom X. Un movimiento que para ella representa la babilla más grande. Personas que siempre se pusieron al frente y se defendieron. Una foto cargada de mucha significado es la foto de Malcom X junto a Ana Lydia Cordero Garcés y Julian Mayfield, quien les escribía los discursos a Malcom X. Ana Lydia Codero era su tía abuela; la tía de su papá. Esta tía es un modelo a seguir para Victoria, a lo que aspira ser, una persona, como ella asegura '“bien babillosa.” Cada esquinita está representada con elementos llenos de simbolismos, arte, altares y mensajes. Uno de ellos dice “20 mandamientos para ser feliz”.

Victoria Gómez Joy. Fotos: Daliana Alvarado

Su nombre de pila es Victoria Margarita, pero su nombre artístico y de empoderamiento en las redes es La Babi. Acaba de lanzar su quinto poemario “La Vuelta de las Mariposas” y se prepara para presentarlo la próxima semana en varios lugares de la gran manzana. Está ready para cruzar el charco, y compartirse con la comunidad puertorriqueña y nuyorican de la ciudad.

Y, ¿de dónde sale la babilla?

“Criarse en una barriada… Soy de la Barriada Sandín en Vega Baja. Qué más babilloso que vivir alrededor de toda esta gente que se atreven hacer lo que otros no se atreven hacer. Ya sea vender cosas que no se supone que vendas, pa echar pa’ lante familias alrededor de ellos. Personas que para la sociedad son “malas”, pueden ser un tipazo que está para ti, que te va a cuidar y te va a defender.

Y a eso súmale que estudiaba en un colegio privado y llegaba a las tres de la tarde a la barriada, todos los días de mi vida. Me voy construyendo con esa experiencia. Llegaba a campear mi respeto con dos y tres chamacos. Mi crianza junto a mi hermano se vio influenciada por esta barriada. Y yo los influenciaba a ellos. Tengo amigos que me dicen “Yo terminé la universidad porque yo vi que tú la terminaste.

Ellos me dieron la valentía, la babilla, la calle, el atreverme. El caerme, rasparme y levantarme. Recuerdo mi primera matá de mi vida fue en bici y el “fun” era bajar la cuesta de aquí al frente hasta el final. Un día como a mis 8 años estoy corriendo bici y digo “Esta es la ultima que me voy a tirar”, Cogí una piedrita, me reventé y me raspé completa. Me levanto con el deseo de llorar, pero uno de ellos me dice “Dale pa’ lante que esto nos ha pasado a todos y tú puedes”. Me sequé las lágrimas. Eso elévalo a hoy día a mis 33 años. Cosas que me pasan que digo “¡Qué voy a llorar por eso! Si peores cosas me han pasado. Me he caído, me he raspa’o y me he levanta’o.” Le doy importancia a las cosas que realmente valen la pena.”

“Le tengo un respeto extremo a la poesía, a las palabras y al verbo. ”

— La Babi

Luego del nacimiento de su segunda hija y de un divorcio que ella describe como duro, es en el 2014 que comienza a coquetear con la poesía. Su primer poemario se construyó entre 2014 y 2018.

¿Y cómo describes tu poesía?

“Yo la describo como intervenciones de babilla. Mi poesía es una declamación a una incitación a atreverte hacer lo que nunca te has atrevido hacer. Mis hijas están en todo lo que escribo. Mi cuarto poemario se llama “Olas a la ternura” y es una carta de amor a mis hijas. Son diez poemas de amor absoluto”.

¿Qué significa este nuevo poemario? ¿A quién le declamas?

“Este nuevo poemario se titula “La vuelta de las Mariposas” y ese título surgió caminando hacia el mar. “El mar que es donde me sano; me curo”. Junto a mi iban alrededor de 6 - 7 mariposas. Amarillas, violetas… ¡Una cosa bella! Llamo a mi mamá, le cuento y ella me responde “Trabájalo, dale tu significado”. Y me dije “Mira, el regreso de las mariposas”, porque siempre han estado. Aquí no hay un renacer.

Mi idea con este poemario es incitar a una revuelta real. A un piqueteo, a un “nos vemos al mediodía frente a LUMA”, y vamos a meter mano y sudar para que se nos active el enojo, y revolcar el avispero; revolcar el mariposario; revolcar la pendejá. Aquí hay gente que siempre estuvo, que han luchado. El verano del 2019, Ricky Renuncia yo me lo viví. Esas son las mismas mariposas que estoy convocando, a que no nos olvidemos de eso. Porque lamentablemente los puertorriqueños y las puertorriqueñas tienen una memoria selectiva y olvidan cosas que no pueden olvidar.

¿Cuándo va a ser el momento en que esta generación despierte? ¿Qué puedo hacer yo si mi generación no ha despertado? Pues enfocarme en que la de mis hijas sea la ficha del tranque. Como dice mi compueblano, el gran Benito Martínez Ocasio, hermano que amo mucho, “esta es la generación que no se deja”.

“Amo los tatuajes, amo la gente tatuada, amo el concepto de la tinta en el cuerpo. Siento que somos un librito; un pequeño poemario. Muchos de ellos tienen más que ver con el dolor que con la felicidad. Mis tatuajes marcan dolores bien profundos.”

¿Qué es babilla para ti?

“La babilla no es solamente ver la luz al final del túnel, es ser tú ese foco que va a iluminar ese túnel. La babilla es meterle tú, es desarrollarte tú, es atreverte tú. No depender de nadie ni energéticamente, que no seas tú. En el momento que te caigas te vas a dar cuenta que te vas a construir tu solita. Llevo 33 años en esta vida, pero en esta idea, en esta forma de vida, en esta actitud, debo llevar unos 10 años sólidos. Mi meta en estos próximos años es llegar a más mujeres y que eso lo reconozcan, lo abracen, lo aplaudan, lo nutran. Que sepan que somos una matita y que nadie va a venir a echarte agua. Que tienes que tú misma regar esa planta. Tienes que cuidarte y enfocarte en ti.”

Llegas a Nueva York con tu poesía, ¿Qué representa para ti? ¿Cuán babilloso es eso?

“Representa 900 escalones de un cantazo. Representa un brico, un vuelo, un salto, un acto de absoluta babilla. Hace unos días una amiga, hermana y cómplice de vida, me escribió “estamos recogiendo los frutos” y verdaderamente así me siento. Son muchos años en esta autogestión y luchas por las que he pasado. Siento que la vida me está devolviendo.

Es un momento de absoluta felicidad.

Me reafirma que vamos en la dirección correcta. La vida es bonita para cuando se hacen las cosas con el corazón y se le mete con entusiasmo, valentía y con ganas de llegar más allá. Yo quiero que mi poesía trascienda generaciones. Llegar a Nueva York… ¡imagínate! la capital del mundo. Llego con la primavera, porque así lo diseñamos. Ando acompañada de un montón de mujeres que están puestas para esta vuelta, y hemos enhebrado toda esta telaraña preciosa que tiene un montón de peso para lo que es la corilla, femenina, poética, artística, independiente, atrevida, jayá, queer y qué mejor lugar para llegar que Nueva York.

Mi meta más grande es que cuando veas lo que presento, te den ganas de levantarte, de actuar, te despierte la babilla literalmente, que te atrevas hacer lo que nunca haz hecho, Que digas. “Salí de ver a La Babi… me dio babilla para decirle esto a quién no me he atrevido. Me voy a poner esto; me voy a atrever a trabajar esto en mi vida. En fin, ese es mi deseo más grande con la labor performática que estaré haciendo. Que llegue, que trascienda, que se sienta, que nos vayamos pensando en eso, que mi poesía pueda llegar a ser tuya, así como es mía.”